Se estima que 25 millones de jóvenes votarán por primera vez en las elecciones del 1° de julio y al realizar entrevistas a estudiantes universitarios de la Máxima Casa de Estudios en México descubrimos que, pese a existir ganas para ejercer el voto, las prácticas políticas y su conocimiento son un tanto ajenas a su realidad.

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Esto debido a que dentro de su círculo social no se le toma importancia, pues se tiene la idea de que la política mexicana es un circo y sólo corresponde a un sector reducido que estudió para eso. Pero, ¿realmente es así?

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Respecto al asunto de la política mexicana como circo puede ser cierto debido a los medios tradicionales que transmiten la información donde crean una línea editorial para la audiencia la cual genera ganancias y provoca los factores que venden y estimulan, en primer lugar los sentimientos y en segundo, el razonamiento o análisis.  También es posible que los receptores sean capaces de decidir a qué información acercarse o bien, no considerar.

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Nosotros defendemos esta segunda postura, no porque queramos llevarle la contraria a los medios tradicionales, sino porque pensamos que los jóvenes somos personas capaces de formular un pensamiento crítico para visibilizar aquello que está mal y sobre todo, para brindar ideas que permitan solucionar los problemas que nos aquejan como pueblo mexicano.

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Esto es posible con ayuda de las tecnologías de la información que permiten crear redes más allá del espacio físico, lo cual permite que tanto las ideas como las opiniones puedan llegar a espacios a los que antes era más difícil acceder. Hoy en día tenemos el mundo a un Retuit o a un Compartir o a un Click de distancia.

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En lo tocante a la noción de un sector reducido en asuntos políticos, es importante comenzar a difundir que la política es por y para  nosotros y que si bien delegamos a un representante para que busque el bien común, el pueblo debe exigir un lugar y principios que le garanticen una vida plena. Lo cual únicamente puede lograrse si empoderamos y escuchamos a quienes mañana harán de México un país digno para vivirlo y entenderlo, donde la confrontación de ideas sea la herramienta principal del proceso de desarrollo en nuestra sociedad.

 

No dejemos de hacer valer la democracia.

No permitamos que se cumpla la reflexión del poeta José Emilio Pacheco: “Somos aquello contra lo que luchamos a los 20 años”.

No permitamos que la juventud se apague.

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